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¡Y YO QUÉ TENGO QUE DEMOSTRAR!



¿QUÉ PIENSAS CUANDO ESCUCHAS LA MUY ENÉRGICA FRASE 
¡NO TENGO NADA QUE DEMOSTRAR!? 


Dra. Bethania Escotto
¡Mira el video!
                                                                       
¿Quién de nosotros no se ha visto en una situación en la cual parece que la gente a nuestro alrededor  está confundida  o no se ha dado cuenta de quienes somos realmente?  

Y uno se esfuerza tratando en vano de explicar y demostrar  ¡y aclarar!  Hasta que finalmente grita ¡Es más, crean lo que les dé la gana!

Y así sucedió  y así sucede casi siempre, las personas en general creemos lo que queremos creer, miramos el mundo, las situaciones, la gente a través de nuestro propio filtro. 

Nuestras percepciones son tan únicas y tan diferentes como diferente puede ser la realidad.

Entonces ¿Cuál es el provecho de quien vive enfrascado en aquella lucha de demostrarle a la humanidad cuán talentoso, inteligente, exitoso, bien parecido, espiritual o virtuoso es? 

Y aún más con la acrobacia de querer demostrar sin que parezca que eso hago, así con sutileza, con disimulo, que parezca que solo estoy siendo yo.

Y todo para, en el momento menos pensado, al menor descuido estar siendo yo de verdad y darme cuenta de que no pasa nada, de que aman tal y cual y por si fuera poco, me resulta mucho más cómodo y placentero.

Dicen que con la edad  y  la madurez  va desapareciendo esa necesidad de demostrar cosas, a veces porque ya no se puede de todos modos. Pero más que eso, la vida ya se ha encargado de irnos mostrando qué es lo que realmente importa.

Entonces ¿Para qué tanta presión, angustia y a veces hasta adicción a la aprobación? ¿Será más bien una forma de buscar en otros lo que ya tenemos? 

¿Qué pasaría si nos diéramos la oportunidad de probar a ser auténticos y libres?

Después de todo,  aquellos que nos aprecian de verdad  probablemente ya nos conocen y nos han aceptado o terminarán aceptandonos tal cual. Quienes no, tampoco importan.

Seamos francos, si nos la pasamos tratando de demostrar algo, es seguramente porque estamos comparando nuestros con los demás. La pregunta es ¿bajo el criterio de quién? 

Si algo nos proponemos mejorar, que así sea: una versión mejorada del ser original e inigualable que fue concebido en la sabiduría infinita y amor perfecto de Dios.

Nuestros seres queridos, la vida, el mundo entero ya no necesitan más prototipos ¡Necesitan gente de verdad, como tú y como yo!  Así reales, felices por decisión. Dios contigo.

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