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¿QUIERES SER FELIZ? ¡NO HAGAS ESO!


¿QUIERES SER FELIZ? ¡ENTONCES NUNCA, PERO NUNCA HAGAS ESTO!


Dra. Bethania Escotto
¡Mira el video!

Dime ¿alguna vez te ha pasado que lees, escuchas, investigas sobre el tema de la felicidad;
Intentas poner en práctica lo que dicen autores muy reconocidos en los temas de autoayuda;
Y tratas y tratas de ser feliz pero ¡no funciona?!

Acá entre tú y yo: nadie, por muy gurú que sea, nadie tiene una receta única e infalible para la felicidad ¿por qué? porque cada ser humano es único y diferente.

Ahora lo que sí te digo es que hay unas actitudes que tienen el poder de aumentar o disminuir considerablemente tus posibilidades de ser feliz en la vida.

Nada que nos hayamos inventado, sino que son parte de las leyes universales que no podemos cambiar.

Así que, veamos estas 3 cosas que nunca debes hacer, 
si quieres ser feliz o continuar siendo lo que ya somos, 
Felices por decisión:

1ro. Nunca procures ser feliz a costa de la infelicidad de los demás. Mal negocio ese…

Bien sabemos que hay gente que no se va alegrar de tu felicidad y ni modo a esos hay que dejarlos que lidien con sus propios complejos.

Ahora actuar deliberadamente para hacer sufrir a otro, eso sí es tu responsabilidad y tiene un efecto directo en el deterioro de tu propia felicidad.

Y por si fuera poco tendrá un efecto boomerang o sea que tarde o temprano regresará a ti.

Lo que vimos en el artículo anterior sobre lo que es tener consciencia de abundancia  aplica no solo al tema de las finanzas sino también a este.

Si tienes una consciencia de abundancia sabes que no necesitas restarle a otros su paz y su felicidad para aumentar la tuya.

Todo lo contrario, lo que compartes, lo que das de ti en todos los sentidos, se multiplica.

Una matemática espiritual que ha demostrado funcionar muy bien. Tú pruébala y me dejas saber.

2do. Si quieres ser feliz no dependas de otros para serlo.

La verdad es que si nos ponemos en esa, nos come la miseria. Mira, tengamos esto claro: nadie puede hacer feliz a nadie.

Por bien intencionadas  que sean las personas que te rodean, podrían digamos contribuir con tu felicidad, claro que sí, pero solo eso.

Por mucho que nos amemos, mientras estemos en esta piel, podemos fallarnos unos a otros. Y lo hacemos! A veces sin querer, pero lo hacemos.

Por eso la felicidad es una decisión muy personal que proviene de tu actitud ante la vida.

De cómo manejas el día y la noche, el frío y el calor. El verano y el invierno;

La risa y el llanto, la compañía y la soledad; El saludo y la despedida, la ganancia y la pérdida.


¿Quién si no tú mism@ puede decidir soltar lo que haya que soltar y disfrutar lo que haya que disfrutar?

Hay quienes dicen, e incluso hay una cancion que dice “solo Dios hace al hombre feliz…”  y yo digo amén.

Ten en cuenta que quien escribe es una creyente y sé que Dios nos ha dado todo, tanto que hasta a su hijo dio por nosotros. Y digo amén otra vez.

Sin embargo, aún el que tiene a jesús en su corazón puede ser alguien muy infeliz. Sé que suena fuerte pero lo vemos todo el tiempo.

Y ¿sabes qué? Seguirá siendo así si el creyente no comprende, internaliza y vive el verdadero significado del amor, de la libertad espiritual al punto de poder decirle a Dios “tu gozo es mi fuerza.”


3ro. Si quieres ser feliz, pase lo que pase, nunca dejes de creer.

Como he dicho, quien deja de creer deja de querer.

Cuando dejamos de creer nos volvemos personas totalmente desmotivadas, e infelices por supuesto.

Lógico, si no crees en lo que haces para qué te vas a esforzar?

Si no crees en tu pareja, dejar de quererla es lo más fácil.

Si no crees en el futuro ¿para qué luchar?

Si no crees en la humanidad de la cual, por cierto eres parte, ser un amargado o amargada es lo que te queda.

Si no crees en el amor, entonces no crees en Dios, porque Dios es amor.
Dejar de creer por miedo a las decepciones de la vida, es como estar muerto en vida.

Y el punto es que si vas a seguir viviendo, entonces, óyeme, supera tus miedos y vive de verdad!

¿Qué haremos entonces?

¡Soltamos los no y abrazamos los sí!

Seguir creyendo, procurar el bien nuestro y de los demás y seguir pasando del dicho al hecho para declarar que somos felices. No por cuenta de los vaivenes de la vida ¡sino por decisión!

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