¿CÓMO COMPARTIR CON MI SER QUERIDO SUS ÚLTIMOS MOMENTOS?
¡ESTAR AHÍ PARA TI, CÓMO LO HAGO!
Dra. Bethania Escotto
¡Mira el video!
No es uno de los temas más cómodos ni más populares, pero SÍ ES uno de los más necesarios, ya que casi todos, tarde o temprano lo vamos a vivir, sobre todo cuando ya vamos pasando de los 20.
Además, cuando aprendemos a lidiar con las pérdidas y
los cambios que nos trae la vida, aumenta nuestra posibilidad de mantener esta
felicidad por decisión que tú y yo ya tenemos.
Pero dime ¿alguna vez te ha pasado que participas de
una conversación y de pronto surge el tema de la muerte o de enfermedades
terminales, y alguien (que podrías ser tú) exclama ¡Ay no no no cambiemos el tema, yo no quiero ni pensar
en eso. Es más, si yo veo a un familiar mío en un lecho de muerte, prefiero
morirme yo primero! ¡Mi gente, esto hay que superarlo!
Y ahora digo yo: Cuando expresamos que no podríamos
con eso ¿En qué estamos pensando? ¿En las necesidades del ser querido o en
nuestros propios temores? No te juzgo, sé muy bien que son situaciones bastante fuertes.
Sin embargo como coach de vida te regalo una pregunta ¿Conoces
a alguien que haya acompañado a un ser querido hasta el último suspiro? ¿Has vivido tú la experiencia? ¿Has podido superarla? Entonces se puede, claro que sí.
Te recomiendo un libro que trata con gran excelencia
este tema. Fue escrito por dos enfermeras especializadas y muy experimentadas
en hospicios (hogares de cuidado para personas en etapa final). El título es final
gifts o regalos finales.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA QUE ESOS MOMENTOS
FINALES CON NUESTRO SER QUERIDO SE CONVIERTAN EN UNA EXPERIENCIA SUBLIME Y
TRASCENDENTAL TANTO PARA ÉL O ELLA COMO PARA NOSOTROS?
Para empezar, estemos diáfanamente claros que todo lo
que podamos aprender al respecto no es con el fin de eliminar el dolor que nos
puede provocar la pérdida, a veces lenta
de nuestro ser querido.
Sabemos que son perfectamente normales las emociones y
los cambios en los estados de ánimo que generan estas situaciones.
Por tanto es preciso que seamos pacientes y comprensivos no solo con nuestro querido falleciente, sino
también con nosotros mismos y con los que comparten con nosotros esa
experiencia.
Entonces ¿para qué nutrirnos sobre el tema? 2 objetivos:
1- Que podamos trascender al dolor y facilitar el
proceso entendiendo las verdaderas necesidades de nuestro ser amado.
2-Que podamos regalarle y regalarnos una experiencia
llena de paz, de aceptación y de amor sobre todo.
Ambas cosas harán una diferencia muy grande incluso en
nuestra recuperación del duelo.
Y bien, una de las dudas que solemos tener: ¿Le
menciono el tema de la muerte o no? ¿Será conveniente que sepa que va a morir?
Te sorprendería si te dijera que estudios han revelado
que las personas que están cerca de su fallecimiento generalmente lo saben. Aún
cuando no se les haya dicho, incluso cuando ni siquiera los médicos lo saben.
Ojo: No es que lo saben con datos científicos o algo
así, es que lo saben en su espíritu. Y lo más impactante de todo es que, en general lo han aceptado.
Y ahora Entre tú y yo: ¿Quién de nosotros no ha tenido
la experiencia de escuchar palabras muy parecidas a una despedida de alguien
que ni siquiera sabía que estaba enferma o que no lo estaba pero iba a morir?
No pienso entrar en temas esotéricos, pero sí te diré
una cosa: de nada sirve todo el esfuerzo que hacemos para hacer creer a nuestro
falleciente que mañana se van a levantar y que todo volverá a ser igual.
Mira qué es lo que pasa cuando hacemos eso, Aunque lo
hagamos con nuestras mejores intenciones:
Nuestro falleciente lo que percibe es que no estamos
listos para aceptar su pronta partida y eso trae como consecuencia que:
-Por un lado Podríamos estar dificultando la comunicación
abierta y tranquilizadora sobre el tema.
-Podríamos provocar que el proceso de fallecimiento se
prolongue dolorosamente debido a la preocupación del falleciente por ti.
-Podríamos hacer que No pueda expresarse sobre posibles
arreglos o últimos deseos.
-También podríamos impedir a ambos completar el
proceso, cerrar ciclo. Hay que aprovechar para decir todo ¡antes de que se
vaya!
Así que, Si no se ha expresado claramente, puedes preguntarle
¿Qué crees que va a suceder? Indaga, tantea y ve a su ritmo, no al tuyo.
Ten en cuenta que los fallecientes muchas veces hablan
en un lenguaje de símbolos, más aún si creen que no estás listo.
Pueden hablar de cosas como un viaje, una fiesta, una
reunión, mencionan a seres queridos que ya partieron. De hecho expresan que los ven, incluso ven otras cosas
que tú no ves.
Nunca les discutas eso, ya que tu ser querido va entrando
ya en una dimensión distinta a la tuya y respetar eso es uno de los mejores
regalos que le puedes dar.
OTRAS COSAS QUE PODEMOS HACER:
-Expresarle nuestros sentimientos, incluso puedes
mostrarle a tu ser querido falleciente que te entristece su pronta partida y
que le vas a extrañar, pero que vas a ser fuerte.
-Es muy importante Hacerle saber cuánto significado ha
tenido para ti su vida. Y que seguirá vivo en tu memoria y en tu corazón.
-Es preciso que estés pendiente de cualquier necesidad
de arreglos, reconciliación o perdón que pudiera necesitar el falleciente,
sobre todo cuando se prolonga inexplicablemente su partida.
Así que, en lo que pueda expresar con palabras o con
lenguaje corporal, escúchale con atención.
-Tener presente que Llega un momento en que todo eso
que para nosotros es vital, a ellos les está demás. Por tanto, si rechaza
alimentarse, no insistir ya que el proceso de digestión solo podría solo hacer
más incómoda su situación.
-Cuidar lo que hablamos, aún cuando esté ya inconsciente,
porque está demostrado científicamente que el último sentido que se pierde es
el del oído.
-Proporciónale a tu ser querido Momentos de espiritualidad,
oración, meditación, salmos canciones etc. Alimenta su espíritu y llénate tú de valor con esa
verdad reconfortante de que hay un Dios con nosotros que nos ama con amor
infinito y que Él conoce el panorama completo de nuestras vidas.
Y claro, hay cosas que tú conoces mejor de tu ser
querido, así que adelante exprésale todo tu amor, pues el amor seguirá siendo el
mejor bálsamo, tanto para quien se nos adelanta como para quien se queda un
rato más.
Que la paz de Dios, esa que sobrepasa todo
entendimiento sea contigo, con tu ser querido en su proceso de transformación y
con todos los que compartan contigo esta experiencia.